El gótico es el último estilo artístico de la Edad Media, posterior al arte románico y predecesor del renacimiento. Se extendió entre los siglos XII y XV, cuando Europa estaba azotada por pestes, guerras y crisis económicas. Bajo la dirección de la clase religiosa, se edificaron prodigiosas catedrales provistas de coloridas vidrieras y llenas de luz y monumentalidad.
Mientras esto ocurría en Europa durante los albores del arte gótico, en Andalucía se afincaba una nueva situación política entre cristianos y musulmanes. La reconquista había recuperado en favor de los castellanos las tierras de Huelva, Sevilla, Jaén y Córdoba, pero al mismo tiempo, se había consolidado el Reino nazarí de Granada. En este contexto histórico, el arte gótico penetró en Andalucía.
El románico deja paso al gótico
En el siglo XIII y en plena reconquista, la Andalucía católica bebió de las modas arquitectónicas de Europa. El protogótico irrumpió con originalidad, enlazado a las influencias mudéjares y, especialmente, al arte románico. Su incipiente implantación se extendió por las tierras del Valle del Guadalquivir, bien en Sevilla, Córdoba o Jaén.
En la provincia hispalense, se construyeron varias iglesias durante los reinados de Fernando III y Alfonso X. Fueron edificios de estructura gótica y artesonado mudéjar. A nivel escultórico, destacó la Virgen de los Reyes, que actualmente se encuentra en la Catedral de Sevilla.
Asimismo, en Córdoba se edificaron templos cristianos con un ligero sabor gótico, como la Iglesia de San Lorenzo o la Iglesia de Santa Marina de Aguas Santas. Ambas obras combinan los estilos protogóticos, mudéjares y tardorománicos. En Jerez de la Frontera quedó de testimonio la Iglesia de Santo Domingo de 1266.
Entre las construcciones civiles del siglo XIII, destacan las Atarazanas Reales de Sevilla, un inmenso astillero medieval de estilo gótico y mudéjar levantado en ladrillo, y la Torre hispalense de don Fadrique. Se trata ésta de una estructura defensiva que aunó la arquitectura gótica con la románica tardía.
El arte gótico se afianza
Tras esta primera irrupción, el arte gótico se expandió por las tierras cristianas de Andalucía durante el siglo XIV. Se levantaron grandes templos, conservando algunos elementos andalusíes. La imaginería también gozó de mayor impulso gracias a retablos y esculturas.
En la provincia de Sevilla, aparecieron templos como la Iglesia de Santa María, en Estepa. También en la capital se erigieron edificios de estilo gótico-mudéjar como la Iglesia de San Isidoro, la Iglesia de Santa Lucía o la Iglesia de San Esteban.
En la sierra onubense se construyeron iglesias góticas, así como el Monasterio de La Rábida en Palos de la Frontera o el Monasterio de Santa Clara en Moguer. En la localidad de Niebla lo gótico se unió al arte postcalifal en un abanico de posibilidades.
En Cádiz irrumpió con fuerza el estilo gótico-mudéjar, desde Sanlúcar de Barrameda hasta El Puerto de Santa María, pasando por Jerez de la Frontera. En la provincia jiennense también apareció esta arquitectura en localidades como Marchena, Úbeda, Baeza, Andújar o Linares. A destacar la Iglesia de San Nicolás de Bari, en Úbeda.
Los albores del gótico andaluz
Los siglos XIII y XIV fueron los comienzos del arte gótico en Andalucía. En los decenios iniciales, esta nueva orden arquitectónica se fundió con edificios románicos. Después, llegó el momento de asociarse al arte mudéjar y enriquecerse con las influencias orientales.
En resumen, en estos primeros dos siglos, el gótico andaluz fue diverso y original, un arte que paulatinamente se abriría paso hacia la pureza y el esplendor de sus más colosales monumentos.
Las primeras construcciones en Andalucía
tuvieron carácter militar y son obras de fortificación de las fronteras con los
reinos musulmanes. Así se modifican
murallas y sobre todo, se erigen castillos en el alto curso del Guadalquivir,
tales como los de Alcalá la Real (Jaén) , el alcazár cristiano de Córdoba o el
castillo Almodóvar ( Córdoba).
El edificio más emblemático del gótico andaluz, es, no
obstante, la catedral se Sevilla construida a lo largo del siglo XV, en un gótico
tardío, llamado flamígero o florido, por la complicación de las formas, su
evaluación y grandiosidad.
Descripción del monumento:
Es uno de los monumentos más importantes de la arquitectura
española y el tercero más grande en extensión del mundo cristiano. Conserva de
su época almohade el Patio de las Abluciones,
la Puerta del Perdón y la Giralda.
La catedral de Sevilla tiene planta de salón. Mide 116 metros de longitud por 76 de anchura, con cinco naves, y está cubierta por setenta bóvedas ojivales. En las naves laterales se distribuyen capillas con contrafuertes que albergan numerosas obras de pintores españoles, no obstante esta catedral se caracteriza por poseer uno de los más ricos tesoros artísticos conservados en un ámbito artístico en nuestro país con cerca de 550 obras. Entre ellas cabe destacar las de las de Murillo, Valdés Leal, Goya o Ribera.
La Capilla Mayor es del siglo XVI, se construyó sobre un diseño de 1504 de Alonso Rodríguez. Allí se encuentra el retablo más grande de toda la cristiandad, que tardó casi un siglo en realizarse, entre el siglo XV y el siglo XVI. En él se representan escenas de la vida de Cristo y de la Virgen. Señalar a Pierr Dancart, a los hermanos Jorge y Alejo Fernández como sus principales autores.
El sepulcro de Cristóbal Colón, que data de 1891, se encuentra cerca de la Capilla Mayor y es obra de Arturo Mélida. Los heraldos que portan el féretro representan los cuatro reinos de España: Castilla, León, Navarra, y Aragón.
Capilla Real: Proyectada por Martín de Gainza en 1541 y culminada por José Roldán en 1770 para que sirviera de panteón, ocupa el centro de la cabecera de la catedral. Destaca por su gran bóveda plateresca debida a Hernán Ruíz el Joven. En una hornacina del retablo principal y bajo un dosel de plata se sitúa la Virgen de los Reyes, patrona de la ciudad.
Sacristía de los Cálices: Trazada por Don Diego de Riaño en 1529. Su pinacoteca cuenta con cuadros de Alejo Fernández, como el abrazo de San Joaquín a Santa Ana, la Virgen con el Niño de Zurbarán, las Santas Junta y Rufina de Goya, la Adoración de los Reyes de Jordanes de 1603, y el crucifijo del Cristo de la Clemencia de Martínez Montañéz, escultura que por su belleza y serenidad es una de las obras más perfectas de la escultura barroca española.
Altar de la Concepción: Más conocido como de la Gamba por el retablo compuesto por ocho tablas. Obra del pintor Luis de Vargas de 1561 que representa la Genealogía de Cristo.
Puerta del Perdón: Acceso principal al patio de los Naranjos, tiene forma de arco de herradura apuntado. Las puertas están realizadas en bronce.
Patio de los Naranjos: Constituye la sala de oración de la antigua mezquita, con arcos de herradura apuntados sostenidos por pilares. Ha sido reformado en diferentes ocasiones.
La Giralda: Antiguo alminar de la mezquita, decorado con paneles de sebka y arcos de herradura polilobulados. En una fase posterior cristiana se corona con ventanas renacentistas y se coloca una monumental escultura de la Fe Victoriosa de Luis de Vargas, conocida popularmente con el nombre de Giraldillo.
La catedral de Sevilla tiene planta de salón. Mide 116 metros de longitud por 76 de anchura, con cinco naves, y está cubierta por setenta bóvedas ojivales. En las naves laterales se distribuyen capillas con contrafuertes que albergan numerosas obras de pintores españoles, no obstante esta catedral se caracteriza por poseer uno de los más ricos tesoros artísticos conservados en un ámbito artístico en nuestro país con cerca de 550 obras. Entre ellas cabe destacar las de las de Murillo, Valdés Leal, Goya o Ribera.
La Capilla Mayor es del siglo XVI, se construyó sobre un diseño de 1504 de Alonso Rodríguez. Allí se encuentra el retablo más grande de toda la cristiandad, que tardó casi un siglo en realizarse, entre el siglo XV y el siglo XVI. En él se representan escenas de la vida de Cristo y de la Virgen. Señalar a Pierr Dancart, a los hermanos Jorge y Alejo Fernández como sus principales autores.
El sepulcro de Cristóbal Colón, que data de 1891, se encuentra cerca de la Capilla Mayor y es obra de Arturo Mélida. Los heraldos que portan el féretro representan los cuatro reinos de España: Castilla, León, Navarra, y Aragón.
Capilla Real: Proyectada por Martín de Gainza en 1541 y culminada por José Roldán en 1770 para que sirviera de panteón, ocupa el centro de la cabecera de la catedral. Destaca por su gran bóveda plateresca debida a Hernán Ruíz el Joven. En una hornacina del retablo principal y bajo un dosel de plata se sitúa la Virgen de los Reyes, patrona de la ciudad.
Sacristía de los Cálices: Trazada por Don Diego de Riaño en 1529. Su pinacoteca cuenta con cuadros de Alejo Fernández, como el abrazo de San Joaquín a Santa Ana, la Virgen con el Niño de Zurbarán, las Santas Junta y Rufina de Goya, la Adoración de los Reyes de Jordanes de 1603, y el crucifijo del Cristo de la Clemencia de Martínez Montañéz, escultura que por su belleza y serenidad es una de las obras más perfectas de la escultura barroca española.
Altar de la Concepción: Más conocido como de la Gamba por el retablo compuesto por ocho tablas. Obra del pintor Luis de Vargas de 1561 que representa la Genealogía de Cristo.
Puerta del Perdón: Acceso principal al patio de los Naranjos, tiene forma de arco de herradura apuntado. Las puertas están realizadas en bronce.
Patio de los Naranjos: Constituye la sala de oración de la antigua mezquita, con arcos de herradura apuntados sostenidos por pilares. Ha sido reformado en diferentes ocasiones.
La Giralda: Antiguo alminar de la mezquita, decorado con paneles de sebka y arcos de herradura polilobulados. En una fase posterior cristiana se corona con ventanas renacentistas y se coloca una monumental escultura de la Fe Victoriosa de Luis de Vargas, conocida popularmente con el nombre de Giraldillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario